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La vitamina K tiene importantes propiedades que deben ser atendidas asegurándonos un consumo adecuado; no es difícil adquirir dosis adecuadas pero, tratándose de un nutriente muy desconocido por la población general, es auspicioso que nos informemos.
Funciones
Interviene en la coagulación sanguínea y en los distintos factores implicados en el proceso; si no tenemos suficiente vitamina K aumenta la predisposición a padecer una hemorragia, sangrados frecuentes de nariz, encías o hematomas.
También es necesaria en la formación de huesos y tejidos saludables. Además, su consumo adecuado se asocia a la prevención de problemas cardíacos, dado que activa la proteína que previene la formación de placas de calcio en las arterias manteniendo su elasticidad.
Tengamos en cuenta que cuando la ingesta no es óptima nuestro organismo utilizará la vitamina K para su función principal de supervivencia, es decir que priorizará la coagulación de la sangre; en tanto que pueden quedar desatendidos el mantenimiento óseo y cardiovascular. (1)
Esto se conoce como teoría del triaje la cual postula que algunas funciones de los micronutrientes (las aproximadamente 40 vitaminas, minerales, ácidos grasos y aminoácidos esenciales) se ven limitadas durante la escasez y que las funciones requeridas para la supervivencia a corto plazo serán prioritariamente contempladas sobre aquellas que son menos esenciales.
Presentación
La vitamina K al ser una vitamina liposoluble se absorbe gracias a la acción de las sales biliares y su eliminación también se realiza a través de las vías biliares, aunque pueden aparecer metabolitos en orina.
Para tipificar la vitamina K existen tres grupos: la K1, la K2 y la K3:
- K1 o filoquinona, se encuentra en las verduras de hoja verde, supone del 70 al 90% de la vitamina K total.
- K2 o menaquinona, se produce gracias a la flora intestinal y en alimentos fermentados; además de otros alimentos de origen animal como puede ser la carne o algunos quesos.
- K3 o menadiona, es sintética; se conoce desde hace unos cien años y en aquellos estudios pioneros se observó que los animales que sufrían hemorragias tenían déficit de vitamina K.
Los estudios señalarían como más efectiva la vitamina K2 que la vitamina K1.
Fuentes
Las principales fuentes alimentarias de vitamina K son alimentos de origen vegetal como col, coliflor, judías verdes, guisantes, nabos, coles de Bruselas, espinacas, lechugas, etc.
Los alimentos de origen animal no contienen una elevada cantidad de vitamina K con excepción del hígado, huevos, quesos y algunos alimentos fermentados en donde la cantidad aportada tiene una gran variabilidad.
Precauciones
La vitamina K necesita la absorción de bilis y grasas para poder absorberse, además se almacena por poco tiempo en el hígado.
A pesar de ser una vitamina liposoluble, no se han descrito casos de toxicidad por sobredosificación por medios naturales, sin embargo es importante saber que si se está tomando anticoagulantes hay que tener cuidado con la cantidad de vitamina K que consume evaluando con su proveedor de salud los riesgos y beneficios.
Quienes padecen enfermedad de Crohn o intolerancia al gluten pueden padecer una carencia debido a los problemas de absorción en el intestino.
Recomendaciones
La ingesta recomendada según la RDA americana es de 90µg/día para las mujeres y 120 µg/día para los hombres, sin embargo en las ingestas recomendadas para la población española, se recomienda un aporte menor de 80 y 65 µg/día para hombres y mujeres respectivamente.
Pablo de la Iglesia