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Nada como dormir bien

Nada como dormir bien / Pablo de la Iglesia / Universidad Por El Despertar

¡Dormir bien es una bendición! Un buen descanso es requisito esencial para expresar el máximo potencial de bienestar y calidad de vida.

La calidad de sueño es fundamental para gozar de una buena salud y un elevado nivel de bienestar; lo normal es dormir entre seis y ocho horas, algunos un poco más otros un poco menos, para lograr un descanso reparador. Es importante encontrar nuestro punto de equilibrio, a veces, por dormir más uno no está más descansado, sino todo lo contrario.

Si tenemos problemas para dormir bien, tomar un fármaco con ese propósito puede ser el peor error que podemos cometer, pues apenas alargan el tiempo que dormimos, producen un sueño fragmentado que no solo no aporta beneficios, sino que agrava el problema y en tanto seguimos postergando el abordaje de las verdaderas causas.

Si lo que deseamos es dormir bien, un fármaco para dormir debería ser la última opción; puede ser un recurso potente y de emergencia para forzar el sueño en una crisis, pero nada más. En cualquier caso, es altísimamente improbable que una persona que tiene un estilo de vida fisiológico y recurre a la medicina integrativa procurando las primeras correcciones en cuanto aparecen los problemas, llegue a una situación así.

Si llegamos a depender de ellos de manera permanente o durante un tiempo prolongado, nos podemos olvidar de la calidad de descanso; en estos casos podemos esperar convertirnos en uno de esos zombis que cierran los ojos toda la noche sin descansar, lo cual se aprecia en sus rostros cansados, falta de concentración, respuestas cognitivas ineficientes…

Las personas que toman medicamentos somníferos tienen un riesgo asociado de muerte cuatro veces superior que el que no lo hace y un 35% más de posibilidades de padecer cáncer. ¿Impresionante verdad?

Hay alternativas naturales como la melatonina o la valeriana que son muy efectivas, a las cuales podemos recurrir sin poner en juego nuestra integridad y nuestra vida y no tienen en absoluto los riesgos de las drogas farmacéuticas.

Los fármacos para dormir son peligrosos y ayudan muy poco o nada a mejorar la calidad de descanso. Tenlo presente.

Principios activos naturales sugeridos para dormir bien

Valeriana: esta planta medicinal se utiliza para mejorar la calidad de sueño, pero también para reducir la ansiedad (en Argentina suele decirse “bajar un cambio”); el estrés improductivo asociado a momentos personales, laborales o de estudio complicados, puede reducirse y verse transformado en un estado productivo si logramos que nuestra mente y nuestro cuerpo canalicen su energía para hacer foco. ¡Y la valeriana puede ayudar mucho! Y no hay que esperar a dormir mal para tomar valeriana, al primer síntoma de estrés, dificultades con la menopausia o el síndrome premenstrual o trastornos gastrointestinales asociados a la ansiedad, perfectamente podemos recurrir a esta planta en cualquiera de sus presentaciones.

Tilo: indicado para el estrés, la ansiedad, los espasmos musculares, digestiones lentas e incluso estados gripales.

Melisa: esta planta aromática, también conocida como toronjil o limonera, originaria del sur y el centro de Europa, es un suave ansiolítico utilizado para favorecer el sueño, equilibrar el sistema nervioso, aliviar los estados de taquicardia, palpitaciones y espasmos musculares.

Pasiflora: también conocida como pasionaria, es una planta trepadora con vistosas flores que tiene la capacidad de inducir a un sueño sereno, profundo y duradero; suele ser una compañera infaltable de la valeriana en las fórmulas herbales.

Lúpulo: se trata de otra planta trepadora cuyos usos tranquilizantes e inductores al sueño son conocidos desde la época del imperio romano, quienes la consumían de manera tradicional y también la utilizaban para rellenar las almohadas con sus hojas.

Hipérico: las propiedades del hipérico son ampliamente reconocidas, dado que en los últimos años se ha investigado con rigor. La Comisión E (Alemania), sostiene que el uso de hipérico es adecuado para el tratamiento de los trastornos psicosomáticos, de los estados depresivos, de la ansiedad, así como de la agitación nerviosa.  La OMS afirma que esta planta está indicada para el tratamiento de la depresión que abarca desde el episodio depresivo más leve hasta el más moderado.

Melatonina: sin presentar los efectos secundarios de los fármacos de prescripción médica, la melatonina regula de manera natural el sueño; luego de la adolescencia su producción endógena comienza a disminuir y su suplementación hace la diferencia. Lamentablemente, de forma absurda, en muchos países su venta libre está prohibida.

Magnesio: entre sus muchas funciones, es esencial para la síntesis y regulación de algunos neurotransmisores -como la serotonina- que modulan nuestra conducta y estado de ánimo; así el consumo suficiente de magnesio contribuye a la calma, la relajación y una mejor calidad de sueño.
Algunos alimentos ricos en magnesio son bananas, nueces de Brasil, lino, sésamo, cacao, aguacate y frutos secos en general; probablemente necesitaremos un complemento y las mejores presentaciones son en forma de citrato o cloruro.

En general, estas plantas no suelen presentar efectos secundarios o contraindicaciones, pero en cualquier caso debemos seguir el consejo del prescriptor o las indicaciones del producto en cuestión; las recomendaciones comerciales son a modo orientativo.

Para complementar esta información, también puedes leer el artículo  La importancia de un buen descanso.

En busca del objetivo de dormir bien, también puedes leer mi libro Plantas Tranquilizantes, el cual desarrolla el potencial de estas y otras plantas y sus profundos efectos sobre nuestra salud integral.

¡Qué descanses! Con estos esperamos brindar una pequeña contribución a tu calidad de descanso; deberás hacer tu propia investigación para realizar pequeños cambios en tu estilo de vida que, sin duda, harán una diferencia en bienestar.

Pablo de la Iglesia