
Tabla de contenidos
“Cuando crezca quiero ser médico. Me gusta este trabajo porque sirve a la humanidad de la manera más fenomenal. Cada día será una oportunidad para aprender más sobre las enfermedades y sus curas. Me veo a mí mismo siendo tan excelente en mi trabajo que las personas me recomendarán para obtener la mejor atención médica. Ver a mi tío desfilar por el hospital con su bata blanca, estetoscopio alrededor de su cuello y con una mirada decidida en su rostro me inspiró hacia este sueño. Ver a mi papá recuperarse y ser dado de alta de la unidad de cuidados intensivos en pocos días lo selló. Por lo tanto, voy a estudiar mucho para lograr este objetivo y luego comprar una casa grande en los suburbios y vivir allí con mi hermosa, grande y feliz familia “.
Este extracto es de un ensayo que un niño escribió a los once años y, si hacemos memoria, recordaremos que esto era similar a lo que pensábamos nosotros y la mayoría de nuestros compañeros en aquellos tiempos hermosos e intensos. ¿Verdad?
Algunos querían ser contadores, maestros, soldados, ingenieros, enfermeras, chefs, futbolistas, etc. ¡Todos teníamos grandes planes para el futuro! Esa visión de uno mismo en el futuro es un ejercicio útil para los niños, solo que tiene una limitación que debe ser resuelta para que resulte más eficaz: la visualización siempre focalizaba la atención en el futuro lejano. ¿Y si también nos hubieran pedido que escribiéramos sobre nuestro futuro en los próximos cinco, dos o un año? ¿Qué hubiera sido diferente si nos hubieran motivado a crear una imagen de nosotros mismos en un año o en un período escolar? Si el tema hubiera sido, “este próximo mes” en lugar de “cuando sea mayor”.
Los principales objetivos de uno mismo en los próximos diez años son emocionantes, te muestran que, de hecho, puedes crear lo que quieras en esta vida. Reviven la esperanza de un futuro muy por delante del presente, pero si no van acompañados de otros pasos más pequeños que apuntan al futuro más cercano, pierden mucho potencial en un viaje que no tiene bien definido el camino. La mayoría de esos niños que dijeron que querían convertirse en médicos, nunca lo hicieron. Todo se quedó en los cuadernos.
Hace unos días, escuché con tristeza cómo una mujer adulta que pronto iba a ser desalojada de un apartamento alquilado dijo que tenía la esperanza de una solución sobre a dónde iría a continuación. Fue justo en ese momento que me llamó la atención lo importante que es ser una persona intencional; rápidamente me di cuenta de la importancia de un plan, no solo una visualización esperanzada del futuro en los próximos cinco o diez años, sino un plan que afecta nuestras elecciones y acciones aquí y ahora.
Estos individuos, en lugar de sentarse a esperar, reúnen estratégicamente la ayuda que necesitan y la usan; no se detienen en las excusas de la larga lista de todo lo que les falta, se concentran en lo que pueden hacer y avanzan estratégicamente.
Esta es la raza de ganadores que entrenan sus emociones para seguir sus acciones y no al revés; raramente son sorprendidos y desbordados por las circunstancias, porque permanentemente las crean con su esfuerzo personal direccionado e intencionado estratégicamente en función de objetivos coherentes con su propósito.
Una persona intencional tiene planes para hoy, mañana, la semana y el mes en un esfuerzo por alcanzar su epítome en los próximos tres, cinco o diez años. No permite que la vida y sus circunstancias la tomen por sorpresa y la lleve de aquí para allá como un papel en el viento; se esfuerza por mantenerse en el asiento del conductor todos los días y se dirige a lo que ha definido conscientemente como su mejor versión.
Alégrate de los obstáculos que forjan tu carácter
Hubo una vez un rey que colocó una gran roca en medio del camino principal de entrada al reino, obstaculizando el paso. Luego se escondió para ver si alguien la retiraba.
Los comerciantes más adinerados del reino y algunos cortesanos que pasaron simplemente rodearon la roca. Muchos de ellos se quedaron un rato delante de la roca quejándose, y culparon al rey de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo nada para retirar el obstáculo.
Entonces llegó un campesino que llevaba una carga de verduras. La dejó en el suelo y estudió la roca en el camino observándola. Intentó mover la roca empujándola y haciendo palanca con una rama de madera que encontró a un lado del camino, después de empujar y fatigarse mucho, finalmente logró apartar la roca. Mientras recogía su carga, encontró una bolsa, justo en el lugar donde había estado la roca. La bolsa contenía una buena cantidad de monedas de oro y una nota del rey, indicando que esa era la recompensa para quien despejara el camino.
Anónimo
Esta historia nos enseña que los obstáculos están para superarlos y capitalizar las circunstancias para aprender y forjar el carácter; solamente las personas fuertes pueden liderarse y liderar al resto por un sendero evolutivo y de creciente satisfacción.
Con frecuencia, por ejemplo, nos toca permanecer en un trabajo que no nos gusta, simplemente porque paga las cuentas. Hay personas que permiten que este obstáculo defina sus vidas, se desalientan y abandonan el asiento del conductor. En cambio, otras no le dan lugar al desaliento porque comprenden que esto también forjará el carácter mientras elaboran estrategias que les permitirán dar el salto a un trabajo mejor alineado con su intención iluminada con el propósito de su corazón.
Intenciona como deseas vivir
Es posible que el permiso y la validación de otras personas no llegue nunca, por eso es mejor dárnoslo a nosotros mismos. ¿Qué pasaría si comenzaras ordenando alegría en tu día y en tu vida en general cuando te despiertas cada mañana? Te aseguro que te enojarías con menos frecuencia y tu vida estaría mucho más animada. Sonríe intencionalmente simplemente porque tienes muchas cosas que agradecer: para empezar, estás vivo. Sonríe intencionalmente, de forma empática por supuesto, a esa persona que está siempre estresada, y observa cómo tu relación cobra un potencial más agradable.
Otra manera de intencionar prosperidad económica es dar deliberadamente a quien lo necesita incluso mientras sientes que también estás pasando por una mala racha en tu vida financiera. La ley de dar y recibir no solo no te defraudará, sino que, si lo haces incondicionalmente, un sentimiento de alegría y gratitud se apoderará de ti.
A veces nos equivocaremos, desviaremos el camino, nos saldremos del carril… ¡Esto nos pasa a todos! Pero tener propósito en la vida y dirigir nuestras acciones intencionalmente alineadas con él, nos permite volver a hacer foco rápidamente en lo que es verdaderamente importante para nosotros.
La vida es una aventura y una buena dosis de incertidumbre es inevitable; una persona intencional hace que valga la pena, minuto a minuto; seguramente llegará a lo que marcó como un epítome en su andar porque tiene una intención clara de hacia dónde va, pero lo más gratificante es el haber podido permanecer encendido y motivado durante todo el viaje.
Pablo de la Iglesia