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No es mi intención promover una escuela de salud natural, sino más bien mostrar que hay opciones y que todos tenemos el desafío de encontrar nuestro propio camino, aquel que nos vuelve íntegros, felices y plenos.

Si buscamos entre los grandes atletas, encontraremos todo tipo de dietas exóticas. Por ejemplo, el nadador estadounidense Michael Phelps ha ganado más medallas olímpicas que nadie y nos resultaría difícil entender como lo ha hecho: consume más de 8000 calorías por día. Y gran parte proviene de McDonald’s. ¡No te lo recomendaría jamás!

El atleta jamaiquino Usain Bolt, el más rápido de todos los tiempos, come batatas, batatas y más batatas, en todo tipo de preparaciones como estofados, sopas y pasteles; esta es su opción porque las batatas tienen altas cantidades de alcaloides y esteroides naturales que mejoran su rendimiento. ¡Aquí me gusta más, pero tampoco me enloquece la idea! En todo caso, estos ejemplos, pueden ser un buen aprendizaje para atletas aficionados y profesionales que buscan mejorar el rendimiento a través de una dieta equilibrada.

Hoy quiero mencionarles el caso del maratonista Michael Arnstein que ha optado por un estilo de vida completamente apegado al frutarianismo y, justamente por ello, en Estados Unidos es apodado “the fruitarian”.

Entiendo que para la mayoría de mis lectores el frutarianismo no será una opción de vida pero sin duda podemos extraer una lección que podemos llevar a la práctica de manera ocasional durante uno o varios días para darle reposo fisiológico a nuestro organismo o desintoxicar nuestros tejidos con una monodieta de frutas.

Siempre insisto, eso sí, que es mucho mejor comer las frutas que tomar el jugo de las mismas, pues, si utilizamos más de una porción, tendemos a concentrar demasiado sus azúcares. ¡Esta también una distinción que puede ayudarnos a aprovechar mejor el frutarianismo como estilo de vida!

Sobre el valor nutricional de las frutas, también puedes leer el siguiente artículo:

Es importante que comprendamos como actúan los alimentos para poder aprovechar mejor sus virtudes promotoras de una buena salud; esto es especialmente importante en las frutas.

Pablo de la Iglesia