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La enfermedad celíaca es una enfermedad crónica cuyo curso puede mejorarse con una perspectiva naturopática; el mismo generará un impacto notable en la calidad de vida del celíaco y ayudará a evitar el deterioro general del organismo que se asocia a esta enfermedad.
Definición de la enfermedad celíaca
Se trata de un trastorno de mala absorción que se manifiesta a una respuesta al gluten, proteína presente en diversos alimentos como el trigo, la cebada, el centeno, la espelta o el kamut, así como la avena que ha sido procesada en los mismos molinos que los cereales anteriores.
En las personas con enfermedad celíaca el gluten daña la mucosa intestinal y al eliminarlo por completo, el problema se controla; también se acumula evidencia que debido a las antinaturales cantidades de gluten en la alimentación actual, este estaría ocasionando trastornos de salud en personas que no se definen como celíacas, por lo cual muchos especialistas coinciden en la importancia de una reducción general o su eliminación.
En cualquier caso, la alteración de la absorción de los principios activos presentes en los alimentos, predispone a la malnutrición aunque se mantenga una ingesta adecuada y suficiente.
Causas probables
No es posible definir una causa de la celiaquía, lo cual es más una limitación para la medicina farmacológica que busca tratamientos del tipo “bala mágica” que para la naturopatía.
Conociendo los síntomas, la ventaja de los naturópatas, es que contamos con más herramientas y recursos para abordarlos uno a uno en el marco de estrategias de salud que los neutralicen o limiten, creando a su vez mayor bienestar integral desde los fundamentos; para explicarlo de otra manera: la naturopatía no tapa síntomas con fármacos que a veces son iatrogénicos, sino que busca modularlos desde las causas profundas.
¿Un ejemplo? Yo puedo desconocer las causas de la celiaquía, pero conozco como se producen las inflamaciones en el cuerpo y, si incorporo determinados alimentos y complementos , puedo limitar la materia prima con la que se producen y aumentar los principios activos que las neutralizan. ¡Y siempre evitando los daños colaterales tristemente asociados al exceso de fármacos!
Dicho esto, veamos algunas causas probables:
- Anticuerpos antitransglutaminasa
La transglutaminasa tisular (tTG) es una enzima producida por nuestro organismo y una de sus funciones es degradar y facilitar la metabolización del gluten; otras funciones en las que parece estar involucrada es en la apoptosis, la reparación de heridas y el desarrollo de la matriz extracelular.
En las personas con enfermedad celíaca se producen anticuerpos anti-transglutaminasa (ATA), que desencadenan la sensibilidad al gluten. - Defecto congénito
En este caso, se especula que las personas con enfermedad celíaca presentan una anomalía genética que provocaría una baja producción de enzimas proteolíticas específicas para metabolizar el gluten conocidas como peptidasas. - Reacción autoinmune
Se piensa que el gluten provoca una reacción del sistema inmune que tomaría como blanco las células epiteliales de las paredes intestinales encargadas de absorber los nutrientes. - Agentes ambientales
Aquí hay que considerar cualquier tipo de infección, en especial las virales; parásitos y cándidas, más allá que no se consideren agentes etiológicos, agravan el curso de la enfermedad celíaca. También hay que sumar el uso de agrotóxicos, cuyo consumo a través de los alimentos, daña el equilibrio de la microbiota y provoca todo tipo de alteraciones a nivel intestinal. - Otros factores
Hay consenso que son necesarios otros factores no definidos claramente para que esta enfermedad se desarrolle; en este punto, el abordaje naturopático considera crear condiciones integrales para mejorar la salud de la mucosa intestinal de tal forma que generemos auspicios constantes para:
– mejorar los mecanismos de permeabilidad intestinal
– la integridad de las vellosidades
– la contención de los procesos inflamatorios
– el equilibrio de la microbiota
– atención a la colonización por hongos, parásitos y procesos infecciosos.
– prevención de déficits nutricionales.
Limitar el tratamiento de la enfermedad celíaca a evitar el gluten,
es un enfoque completamente insuficiente.
Síntomas asociados a la enfermedad celíaca
Entre las manifestaciones de la celiaquía, encontramos:
- Anemia inexplicada
- Astenia y debilidad
- Calambres musculares
- Deshidratación
- Diarrea, heces pálidas, pastosas y grasientas
- Distensión y dolor abdominal recurrente
- Dolores óseos y articulares
- Gases malolientes
- Molestias digestivas
- Pérdida de peso
- Retraso del crecimiento
Recomendaciones dietéticas
- Eliminar cualquier alimento que contenga gluten
Aún hoy en día, esta es la indicación que inicia y termina la recomendación que médicos y nutricionistas brindan a sus pacientes. Es una base imprescindible, por supuesto; pero apenas un punto de partida. - Eliminar todos los alimentos ultraprocesados
Una parte mayoritaria de los alimentos que compramos en el supermercado no están diseñados para favorecer la salud y el bienestar, sino meramente nuestros deseos adictivos; este escenario no es muy diferente a lo que ocurre con muchos alimentos para celíacos: efectivamente, cumplen el requisito mínimo de carecer de gluten pero no son beneficiosos para la integridad de nadie y mucho menos para alguien con enfermedad celíaca y necesita mayores cuidados.
El consumo de ultraprocesados está relacionado con una serie de enfermedades crónicas no transmisibles (cardiovasculares, diabetes tipo 2, cánceres y enfermedades neurodegenerativas). Y aunque no todo se debe a una mala alimentación, se ha demostrado que estas dolencias están relacionadas con lo que consumimos.
Carlos Ríos, autor del libro Come comida real
En este punto, aprender a cocinar saludable, sabroso y práctico, facilitará mucho las cosas; aquí es donde recomiendo los cursos del chef Pablo Martín:
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Celiaquía: enfoque naturopático
- Evitar la leche
Suele asociarse la intolerancia a la lactosa o la alergia a la proteína de leche con la enfermedad celíaca no diagnosticada, sin embargo, una vez que es diagnosticada y se hacen las correcciones alimentarias, la respuesta a los lácteos suele mejorar; también ocurre que la sintomatología asociada a la leche y derivados persiste e impide mejorar la calidad de vida del celíaco.
Mi consejo general para establecer un punto de partida es evitar los lácteos al menos entre tres semanas y tres meses y ver que ocurre; eventualmente, podemos reincorporarlos en pequeñas cantidades, procurando que sean de materia prima de animales de pastoreo y preferentemente fermentados como el kefir o un yogurt de calidad artesanal. - Comida real
1) Consumir vegetales frescos como eje de una alimentación saludable.
2) Acompañar con frutas, frutos secos y aceites de primera prensada o vírgenes como acompañantes principales.
3) Legumbres, cereales sin gluten como la quinoa, el trigo sarraceno o el amaranto, huevos, carnes rojas y blancas o algunos lácteos fermentados, pueden o no ser parte de un programa de alimentación saludable -según el enfoque elegido-, pero generalmente es necesario moderar o limitar su consumo. - Controlar el estrés, en especial durante las comidas
La relación entre nuestro estado emocional, la calidad de las digestiones y la metabolización de los alimentos, es una realidad universal; en el caso de los celíacos, este proceso se ve afectado desde el vamos y realmente todo lo que podamos hacer para evitar una mayor carga a un proceso orgánico que ya representa un desafío, traerá beneficios indudables. - Consumir alimentos enzimáticos y probióticos
Kombucha, encurtidos vegetales, chucrut, tempeh, kefir, miso… son algunos de los alimentos muy saludables que van a aportar valiosos probióticos y enzimas que sumarán al mejor control de la enfermedad celíaca. Por supuesto, en las presentaciones comerciales, asegurarnos que sean libres de gluten, de fermentación natural y de procedencia agroecológica. - Hidratarse bien
Una buena hidratación es esencial en cualquier etapa de la vida porque ayuda a regular la temperatura corporal, mantener la piel hidratada y elástica, lubricar las articulaciones y órganos y mantener una buena digestión y movilidad intestinal. - Descansar adecuadamente
Un punto crucial es la renovación de los tejidos, proceso que ocurre de manera vital durante el sueño -especialmente cuando este brinda un descanso de calidad-. Así mismo, un buen descanso “resetea” nuestro sistema nervioso y libera el estrés; naturalmente, esto favorecerá una buena respuesta inmunitaria y ayudará a contener la autoinmunidad.
ALIMENTOS BENEFICIOSOS
- Aceites de primera presión en frío y virgen extra
1- AOVE, coco.
2- Lino, chía.
3- Sésamo, almendras, girasol. - Aguacate
Su aporte de vitaminas B6 y B12 nos ayudará a controlar el exceso de homocisteína; los ácidos grasos saludables, además de mejorar el funcionamiento inmunitario, contribuirán a controlar la ansiedad, brindar saciedad y hacer los cambios dietéticos con más facilidad; también facilita la formación del colágeno, mencionando algunas de las propiedades que más interés conllevan para los celíacos. - Germinados
Los germinados son un verdadero “medicalimento” pletórico en enzimas, fitoquímicos antioxidantes y antiinflamatorios, vitaminas y minerales; su incorporación cotidiana es una medida adicional para proteger la salud, en especial cuando esta está comprometida por una enfermedad. - Alfalfa
Tanto las hojas verdes como los brotes de alfalfa, son una potente administración de nutrientes que aportan todas las propiedades típicas de los germinados con las particularidades de esta planta y, en especial en el caso de las hojas verdes, grandes cantidades de clorofila. - Col
Por su riqueza en vitamina C, complejo B y polifenoles, será un eficaz aliado del sistema inmunológico y el control de los procesos . - Papaya y piña
Estos alimentos son una de las mayores fuentes de las valiosas enzimas. - Caldo de huesos
Es la mejor fuente de colágeno, además de valiosos minerales biodisponibles; en caso de optar por el vegetarianismo, no hay problema en no consumirlo y hacer foco en el resto de los consejos generales.
Complementos nutricionales
Hay dos aspectos a considerar:
Las necesidades nutricionales del celíaco no empiezan ni terminan en la propia enfermedad celíaca; en este caso, debemos asegurarnos que el complemento sea sin gluten en cualquier caso.
Luego, los complementos nutricionales satisfacen necesidades puntuales de la persona con enfermedad celíaca.
Glutamina
La glutamina es el aminoácido no esencial más abundante en el cuerpo y entre sus funciones destacan que protege la musculatura, favorece el buen funcionamiento inmunitario y del sistema nervioso; en el caso de la enfermedad celíaca nos interesa especialmente porque mejora el estado digestivo y, de manera notable, resuelve los problemas de permeabilidad intestinal.
Enzimas proteolíticas
Entre ellas encontramos endopeptidasa, exopeptidasa, proteasa, aspergillopepsina, proteasa DPP IV, amilasa, glucoamilasa. (Recomendado: GluteoStop)
B6, B12 y folato
Ente otras funciones, ayuda a controlar el exceso de homocisteína, una sustancia implicada en los procesos de inflamación crónica y alteraciones inmunitarias, además de trastornos cardiovasculares.
Aceites de pescado y Onagra
Dos valiosas fuentes de ácidos grasos esenciales de gran valor para el buen funcionamiento inmunitario, regular los procesos autoinmunes y controlar la inflamación.
Bibliografía
Benito de Benito, Luis Miguel. Manual sobre el gluten y la celiaquía. RBA.
Betés Ibáñez, María Teresa. Enfermedad celíaca. Clínica Universitaria de Navarra.
Bòria-Reverter, Lourdes. Beneficios de los germinados. En buenas manos.
Oto Viñas, Elena. Propiedades de la glutamina. En buenas manos.