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Dr. Neal Barnard: “Que la leche fortalece los huesos es un reclamo comercial”

Dr. Neal Barnard “Que la leche fortalece los huesos es un reclamo comercial”

El Dr. Neal Barnard, médico y profesor en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Washington, presidente y fundador del Comité de Facultativos para la Medicina Responsable lleva más de treinta años investigando la relación de la alimentación con la diabetes, el peso corporal y el dolor crónico.

El Dr. Neal Barnard afirma que los lácteos predisponen a:

  • Sobrepeso.
  • Aumento del colesterol perjudicial.
  • Elevación de la presión sanguínea.
  • Diabetes.
  • Favorece las enfermedades autoinmunes.

En su libro, La trampa del queso (ediciones Urano), desvela los intereses económicos y políticos que han convertido al queso en un pilar de nuestra alimentación.

En 1985, Barnard fundó el Comité de médicos para la medicina responsable, contrató a dos abogados y se puso a investigar la industria del queso. Gracias a la Ley por la Libertad de la Información salieron a la luz un montón de contratos entre el Gobierno de los Estados Unidos y las cadenas de comida rápida para impulsar el consumo de queso. Burger King, Wendy’s, Pizza Hut, Subway o Taco Bell son algunas de las cadenas de comida rápida que han firmado contratos gubernamentales.

– Usted denuncia que el gobierno de los Estados Unidos fomenta el consumo de queso y otros productos lácteos a causa de las presiones que recibe de las empresas, ¿es así?

– Mucha gente ignora por completo que estos grupos industriales gastan millones de dólares cada año presionando al gobierno para garantizar que sus intereses estén representados en nuestra política alimentaria federal, incluidas las Pautas dietéticas para estadounidenses y el Programa nacional de almuerzos escolares.

El gobierno de los EE. UU. en realidad recibe 140 millones de dólares cada año de la industria del queso para canalizarlo a una corporación llamada Dairy Management Inc., que trabaja con restaurantes de comida rápida para desarrollar y promocionar el queso en sus menús.

Recientemente, trabajaron con McDonald’s para aumentar la cantidad de queso cheddar en algunos de sus productos en un 30 por ciento. La mayoría de los clientes de comida rápida desconocen que estos productos están desarrollados específicamente por la industria del queso y el gobierno para lograr que consuman más comida rápida.

No importa cuánta grasa y colesterol tenga el queso; por ley, nuestro gobierno se ha comprometido a promocionarlo gracias al implacable lobby de la poderosa industria láctea, que ha patrocinado la creación de una extensa gama de programas federales para promocionar la leche. Y ha funcionado: la venta de queso no deja de crecer cada año.

– Si hay estudios que revelan los aspectos perjudiciales del queso en nuestra salud, ¿por qué los gobiernos no apuestan por la prevención en lugar de favorecer a las industrias?

– En los Estados Unidos hay un gran conflicto de intereses. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos es responsable de la creación de las pautas alimentarias de nuestro país, pero también son responsables de promover los productos agrícolas.

En otras palabras, la misma agencia que tiene la obligación de proporcionar información sobre la mejor nutrición para la prevención de enfermedades está tratando simultáneamente de aumentar las ventas de tocino, salchichas y queso.

“No importa cuánta grasa y colesterol tenga el queso; por ley, nuestro gobierno se ha comprometido a promocionarlo”

Es un conflicto de intereses inherente, porque sabemos que estos alimentos están repletos de grasas saturadas y colesterol, lo que puede contribuir a muchas de las principales causas de muerte en nuestro país, incluidas las enfermedades cardíacas, la diabetes y la obesidad.

El estadounidense promedio ya come 33 libras de queso por año, lo que suma más de 60,000 calorías por persona, por lo que lo último que nuestro gobierno debería hacer es tratar de que comamos más queso.

– Así que mientras Michelle Obama hacía campaña contra la obesidad infantil, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos estaba trabajando para aumentar las ventas de queso…

– Así es, esa es la contradicción de la que hablaba. Pero todavía hay más. Desde pequeños nos han inculcado la idea de que la leche fortalece los huesos y sigue teniendo los mismos índices de popularidad que Santa Claus y el Conejo de Pascua, pero no es real. Aunque el cuerpo necesita el calcio, no lo necesita en grandes cantidades.

El gobierno ha estado promocionando el calcio en cantidades de hasta 1.300 miligramos diarios para las adolescentes. Pero investigaciones de Harvard demuestran que una vez has ingerido 600 miligramos, ya no obtienes ningún beneficio extrae al tomar más.

“Desde pequeños nos han inculcado la idea de que la leche fortalece los huesos y sigue teniendo los mismos índices de popularidad que Santa Claus y el Conejo de Pascua, pero no es real”

Además, el calcio no tiene por qué proceder de los lácteos. Está presente en una amplia gama de alimentos mucho más saludables como las judías y hortalizas de hoja verde. La afirmación de que la leche fortalece los huesos es un reclamo comercial y ha quedado grabada en las mentes de padres e hijos durante generaciones.

– ¿Qué sabe de la relación de los europeos con el queso?

– Al igual que los estadounidenses, los europeos consumen más de 30 libras de queso por persona, en promedio, cada año. En general, los europeos consumen alrededor de 10 millones de toneladas de queso cada año. Todas las variedades de queso, incluido el suizo, no son saludables. Sólo una onza de queso suizo contiene más de 100 calorías y casi 8 gramos de grasa, la mayoría de las cuales es grasa saturada.

También está lleno de colesterol y sodio, que es una receta para las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y otros problemas de salud. Que el queso es adictivo ya lo han demostrado diversos estudios, uno de los más recientes de la Universidad de Michigan.

– ¿Puede recordarnos por qué el queso es tan adictivo?

– El caso es que al digerirse el queso libera unas sustancias químicas llamadas casomorfinas (una sustancia estructuralmente parecida a las endorfinas que genera una agradable sensación de bienestar) y que provocan una fuerte adicción.

“Todas las variedades de queso, incluido el suizo, no son saludables”

Las casomorfinas se adhieren a los receptores de opiáceos del cerebro, provocando un efecto calmante muy parecido a la manera en que lo hacen la heroína y la morfina. Y dado que el queso tiene un contenido concentrado de casomorfinas, puede ser llamado el crack lácteo.

Este artículo ha sido tomado y adaptado de un reportaje de Lídia Penelo en La Vanguardia.

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Dr. T. Colin Campbell: la proteína de la leche es ¡el CANCERÍGENO MÁS POTENTE QUE EXISTE!

Dr. T. Colin Campbell: la proteína de la leche es ¡el CANCERÍGENO MÁS POTENTE QUE EXISTE!

Estudio China / T. Colin Campbell“La caseína de la leche es el carcinógeno más potente que se haya identificado nunca”, afirma el doctor T. Colin Campbell, profesor emérito de Bioquímica Alimentaria en la Universidad de Cornell de Nueva York, asesor científico senior del Instituto Americano para la Investigación del Cáncer y autor de obras mundialmente conocidas como El Estudio de China.

Y por si fuera poco añade en cuanto a la carne:

“Las proteínas vegetales disminuyen la incidencia de cáncer mientras las animales la aumentan por lo que no pueden superar el 10% de la dieta diaria. Hay que evitar todo producto de origen animal y sustituirlo por una alimentación basada exclusivamente en plantas”.

Y es que según asevera para superar cualquier enfermedad lo más importante -por encima de cualquier tratamiento o medicamento- es la alimentación:

“La dieta se puede utilizar para prevenir y revertir el cáncer al igual que se previene y revierte la enfermedad cardíaca. Las probabilidades de mejorar la salud tanto a corto como a largo plazo con la dieta que propongo son tan altas que parece absurdo no usarla”.

El Dr. T. Colin Campbell se refiere a una dieta exenta de lácteos y aditivos tóxicos, baja en proteínas y grasas y rica en alimentos enteros de origen vegetal que denomina Whole Food Plant-Based (WFPB).

“La investigación muestra que cuando se está expuesto a carcinógenos –explica- es la nutrición lo que determina si se desarrolla cáncer o las células cancerosas se eliminan. Y una dieta alta en proteínas animales incrementa la cantidad de sustancias cancerígenas que van a las células”.

Otro artículo de interés:

Lácteos y diabetes insulinoependiente

Fuente: Discovery Salud

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Lácteos y cáncer de mama

Lácteos y cáncer de mama

La relación lácteos y cáncer de mama es inevitable; lo mismo ocurre con otras enfermedades. A continuación, el Doctor Sacha Barrio desmitifica el valor de los lácteos y otros alimentos corrientes que la industria promueve como saludables:

 

Si deseas puedes profundizar en el libro La gran revolución de las grasas.

Lácteos y el cáncer de mama

libro jane plant

Lácteos y cáncer de mama es un vínculo establecido hace tiempo; quizá fue Jane Plant quien la ha dado a conocer al gran público hace más de dos décadas. Además de la descompensación de lípidos y calcio, son una variedad de alimento que tiene una gran carga hormonal, inadecuada para el ser humano; especialmente si ese consumo es mayormente desproporcionado y provenientes derivados de una industria que los degenera desde el principio hasta el final.

El ejemplo más difundido es el que compara el crecimiento de un bebé alimentado con leche materna y un ternero que lo hace propiamente con la leche de vaca; el primero dobla su peso en seis meses, mientras que el segundo lo hace en cuarenta y siete días. En ese tiempo, un ternero llega a pesar unos cien kilos.

Muchos investigadores sostienen que el excesivo consumo de leche y derivados es causante del aumento de la estatura en las últimas décadas; y aunque esto pueda parecer beneficioso a primera vista, con ello también han aumentado los casos de osteoporosis y cáncer (especialmente los relacionados con las hormonas, es decir, mama, ovarios o próstata).

Las mujeres, a quienes con frecuencia se les induce la obsesión por los lácteos, deber ser precavidas en este punto puesto que los tejidos de las mamas son muy sensibles a este estímulo. En este sentido, la profesora Jane Plant, al ser diagnosticada ella misma de cáncer de mama, entre otras cosas, dejó de consumir estos alimentos y se curó; su testimonio ha quedado registrado en el libro “Tu Vida en Tus Manos”.

Lácteos y el cáncer de mama no son una buena compañía. En caso de tener predisposición familiar, mi consejo es por lo menos reducirlos, optar por los fermentados y ser muy exigentes con su calidad agroecológica; si ya se padece la enfermedad, yo no dudaría en evitarlos.

Los lácteos y la predisposición a enfermarse más

No solo los lácteos y el cáncer de mama tienen una fuerte asociación estadística.

En este excelente documento en video elaborado por el equipo profesional de la revista Discovery Salud que da por tierra la creencia general la leche animal es adecuada para el consumo humano y muestra la relación entre su consumo y numerosas enfermedades. Entre las enfermedades asociadas a nuestro sobreconsumo de lácteos, se mencionan la anemia ferropénica, la artritis reumatoidea, la osteoartritis, el asma, el autismo, las cataratas, la colitis ulcerosa, la diabetes , los dolores abdominales, la enfermedad de Crohn, las patologías coronarias, la esclerosis múltiple, el estreñimiento, la fatiga crónica, las fístulas y fisuras anales, la incontinencia urinaria o enuresis, las migrañas, los problemas de oídos y garganta, la sinusitis, las reacciones alérgicas, el sangrado gastrointestinal, el síndrome de mala absorción, los trastornos del sueño, las úlceras pépticas, la acidosis, la preeclampsia, la dificultad de aprendizaje en niños, la infertilidad femenina, los linfomas y los cánceres de estómago, mama, ovarios, páncreas, próstata, pulmón y testículos:

Redefinir nuestra mirada sobre los lácteos

Mi opinión personal es que tienes mucho más que perder si te obsesionas con el consumo de lácteos que si los dejas por completo; tal vez un menor consumo de los mismos, preferentemente fermentados,  provenientes de animales de pastoreo en un entorno orgánico y elaborados por pequeñas industrias artesanales y locales  que no los degeneren con sus procesos, pueda ser una opción razonable que aporte diversidad a nuestra dieta y a la alimentación de la sociedad expresada en su diversidad.

Sin embargo, si consideramos la leche y los derivados  que hoy mayormente se consiguen en el mercado masivo, definitivamente deberíamos invertir en alternativas alimentarias mucho más nutritivas en su aporte salutífero.

Pablo de la Iglesia

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Lácteos y diabetes insulinoependiente

Lácteos y diabetes insulinodependiente

Uno de los inconvenientes para la salud asociado a los lácteos, al menos en su consumo excesivo e industrializado, es la diabetes insulinodependiente que suele comenzar a temprana edad.

Ya en la década del 90 los investigadores observaron que algunas proteínas de los lácteos estimulan la producción de anticuerpos que destruyen las células pancreáticas productoras de insulina; estos anticuerpos podían estar presentes en niños no diagnosticados de la enfermedad pero en mucho menor medida.

Como lo he señalado tantas veces, los lácteos pueden evitarse sin ningún riesgo y muchos beneficios para la salud. Justamente donde más énfasis deberíamos poner en suprimirlos, o al menos llevar a mínimos ocasionales de consumo, es en los niños.

El Dr. Mark Hyman, autor de The Blood Sugar Solution (La solución al azúcar en la sangre), afirmó:

 Normalmente aconsejo a la mayoría de mis pacientes que eviten completamente los productos lácteos … Desde el punto de vista evolutivo, la leche es un alimento extraño para los seres humanos. Hasta hace 10.000 años no domesticamos animales y no logramos beber leche … La mayoría de los seres humanos dejan naturalmente de producir cantidades significativas de lactasa – la enzima necesaria para metabolizar la lactosa, el azúcar en la leche – en algún momento entre las edades de dos y cinco.

Como contrapartida, tenemos organizaciones como la Asociación Americana de Diabetes (American Diabetes Association – ADA) y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) afirman que la leche es saludable para diabéticos.

La ADA recomienda consumir diariamente entre dos y tres porciones de leche baja en grasa u otros lácteos derivados como el queso y yogur. Por otra parte el USDA, en la misma línea, recomienda tres tazas al día de leche  o derivados para las personas de nueve años de edad o más.

Y así, podríamos enumerar fuentes independientes y oficiales, claramente contradictorias.

Definitivamente, las recomendaciones oficiales son exageradas y una tercera parte del consumo sugerido sería razonable. Mi postura es que cantidades pequeñas de lácteos fermentados o quesos duros podrían llegar a ser aceptables en determinados contextos, siempre y cuando sean de pastoreo, agroecológicos y preferentemente sin pasteurizar y homogeneizar; evitaría los lácteos industrializados en cualquier escenario.

En caso de una diabetes, una enfermedad autoinmune o un cáncer, suprimirlos, al menos un buen tiempo, para desintoxicar y restaurar un funcionamiento óptimo de la inmunidad, definitivamente es una opción muy recomendable.

Tengamos en cuenta que la Diabetes Tipo I es una enfermedad con un fuerte componente autoinmune, y el secreto no pasa por sumar o restar carbohidratos en lo que a lácteos refiere, sino en su capacidad para obstaculizar el funcionamiento inmunológico y/o crear escenarios alérgicos por la lactosa.

Alternativas a los lácteos

¿Una opción saludable a los lácteos y de valor para la prevención de la diabetes o como parte del programa nutricional si ya se la padece? ¡La leche de almendras! Tiene menos calorías, nada de colesterol o grasas saturadas, es una excelente fuente de calcio, vitaminas D y E, ácidos grasos esenciales, enzimas y mucho más.

Ahí les dejo una receta de Leche de Almendras Activadas para niños de hasta ciento siete años de edad:

Ingredientes (1 porción):

  • Almendras, 20 unidades
  • Agua fría, 1 vaso
  • Estevia, 5 gotas o una puntita de polvo de hojas.

Procedimiento:

  • Lavar las almendras y dejarlas activarse en el agua durante doce horas.
  • Pelarlas y licuarlas junto a la estevia.
  • Se puede colar o tomar todo que es más nutritivo.
  • Tratar de no calentarla mucho porque si no se pierde gran parte de sus nutrientes.

Ten presente que si deseas darle más cremosidad a esta o cualquier leche vegetal, puedes agregarle aceite de coco, lecitina, aceite de sésamo o cualquier otro lípido saludable que enriquezca la preparación.

Con esta técnica, puedes preparar otras variantes basadas en semillas, granos o vegetales con diferentes ingredientes y combinaciones.

Y para que nos motivemos a crear muchas variedades de leches vegetales sanas, nutritivas y deliciosas, te dejo un inspirador vídeo:

Cuestionar los condicionamientos

Con frecuencia, cuando desafío a mis seguidores en Facebook diciéndoles que la DIABETES SE PUEDE CURAR, muchos de los que la padecen reaccionan al primer impulso y me responden textuales como los siguientes:

“Si usted conoce la cura a la diabetes , porque no ha recibido un Nobel ?? Conozco mamas y papas luchando a diario por sus niños , buscando todo tipo de ayuda estaría bueno comenzar a brindarla…”

“La diabetes no se cura hay que tomar los remedio y cuidarse con lo que comemos y lo tenes controlada pero es puro chamuyo que te curas.”

Y alguien remata: “!!!!es verdad no se cura!!!!”

Me apena que sean tantos los que acepten las limitaciones impuestas sin chistar. Me apena que muchos presuman la mentira en lugar de al menos abrirse a la oportunidad de averiguarlo o, mejor aún, de intentarlo sin riesgos para la salud, por el contrario, con beneficios adicionales. Me apena que haya tantos robots programados para comer, defecar, dormir, vacunarse, hacerse la mamografía, tomar las pastillas azules y morir en vida mientras les llega la carroza para que oficialmente los declaren difuntos.

Pero me alegra mucho más saber que hay personas como tú, que has tomado la pastilla roja y estás dispuesto a ver sin prejuicios, aceptar la realidad como es y enfrentar el desafío con tus mejores recursos para que este tránsito sea de puro crecimiento.

El resultado no está garantizado, lo que le da sentido a la vida es ponerse a andar.

Si deseas ponerte a andar, puedes encontrar valiosa información en el libro que escribiéramos junto al chef Pablo Martín: Detené la diabetes (Grijalbo). La diabetes tipo II puede curarse en muchos casos y mejorar siempre, mientras que la diabetes tipo I puede mejorar y gestionarse mucho mejor, sin descartar nunca la esperanza realista de curarla.

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¿Deseas mejorar tu técnica culinaria?

¡A propósito! Si te has quedado con ganas de más y deseas aprender el paso a paso con más detalle, Pablo Martín tiene unos cursos muy buenos, que van al grano y están a punto. ¡Y también son gluten free!

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¡Qué vivas cada día mejor!

Pablo de la Iglesia

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Alimentación consciente: primeros pasos

Alimentación consciente

El secreto de una alimentación consciente es buscar información de calidad, escuchar la respuesta de nuestro cuerpo a cada una de nuestras elecciones y sentir la voz de nuestro corazón; ¡esta es la perfecta combinación para tomar las mejores decisiones y a nuestra propia medida!

El camino más potente por el que florece el desarrollo y la felicidad de los pueblos es la alimentación saludable.

Alimentación consciente: primeros pasos

¿Carencia de alimentos o de educación?

Permite que lo explique con algunos datos:

¿Sabías que por cada punto que se reduce la desnutrición baja la pobreza en un 4%?
¿Y que por otra parte la reducción de la pobreza en un 1% sólo logra reducir la desnutrición en 0,25%?

Alimentación consciente: primeros pasos

Estos datos ponen en evidencia la importancia de la educación y la información de calidad para que las personas, especialmente los más pobres, se vuelvan adeptos a una alimentación consciente y utilicen sus magros presupuestos eligiendo los alimentos que les brinden la mejor relación costo-beneficio para su salud. Y por supuesto, procurar producir uno mismo al menos una pequeña parte de los mismos. ¿No te parece?

El desafío de la alimentación consciente

La desnutrición es apenas uno de nuestros problemas, cada paso que demos en favor de una alimentación consciente y saludable nos será útil para eludir las principales enfermedades como la obesidad, el cáncer, la diabetes, la hipertensión y, con ellas, las razones causales de más muertes en el mundo.

Tal como dice Miguel Leopoldo Alvarado, Lic. en Nutrición y Especialista en Nutrición Ortomolecular:

Realizando un análisis retrospectivo el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades degenerativas se pueden explicar como un subproducto de la civilización. Observando lo ocurrido en poblaciones aisladas de la civilización, veremos que mientras conservan sus patrones primitivos de alimentación las enfermedades degenerativas son prácticamente inexistentes y que cuando adoptan una dieta compuesta por alimentos industrializados, irremediablemente aparecen las características enfermedades atribuidas a los factores de la civilización. Eso lo demostraron durante el siglo XX renombrados investigadores, quienes también advirtieron que de no tomar enérgicas medidas preventivas su incidencia y prevalencia se generalizaría en todas las poblaciones que incorporaran a su dieta los alimentos industrializados.

Comida de verdad

La dieta ecológica -o lo más que podamos aproximarnos a ella-, además, es una forma de cuidar nuestro cuerpo y a la vez el planeta -sin cuya integridad nuestro cuerpo tiene mayores dificultades para sostener la homeostasis-; elegir alimentos orgánicos y provenientes de producción agroecológica cuando nos sea posible, también nos compromete con las futuras generaciones.

Desde una mirada amplia, comer más sano y natural, puede integrarse perfectamente con otra que a la vez busque generar el menor impacto en el planeta, una cuestión que tiene muchas aristas.

Hoy podemos optar por alimentos ecológicos u orgánicos que han sido producidos a miles de kilómetros de distancia y tienen que llegar a nuestro plato a través de toda una cadena de transportes y cuidados, de la misma manera que podemos optar por alimentos ecológicos producidos en cercanías. ¡No es lo mismo! Incluso un alimento regional, “no tan ecológico”, puede ser más ecológico que el anterior. ¡Vale la pena que reflexionemos en esto! Y de esta manera desarrollar una mirada más aproximada al análisis racional del verdadero impacto de cada una de nuestras acciones. ¡Justamente en esto se define la alimentación consciente!

Alimentación consciente: primeros pasos

Es un estilo de vida, no una dieta

Seguramente muchos de nosotros hemos preparado una ensalada al mediodía y hemos aprovechado para dejar cortadas o rayadas algunas de las hortalizas que usaremos en la próxima comida; no está mal -siempre es mejor hacer eso si tenemos un estilo de vida agitado que comer algo procesado-, pero tengamos en cuenta que una vez peladas y cortadas, en contacto con el oxígeno se exponen a mayor oxidación. No se trata de todo o nada, tan solo de sentido común y una atención razonable para establecer un estilo de vida lo más saludable posible en función de las circunstancias cotidianas.

¡FRESCOS, VIVOS E INTEGRALES! Este es un buen mantra para orientar nuestra alimentación hacia un estilo consciente.

Otro sería ¡FRUTAS, VERDURAS Y SEMILLAS!, para recordarnos que la mayor parte de los alimentos debe provenir de allí. Luego, las ecuaciones son diversas y nuestra elección de los factores y su orden irá variando en función de los gustos, intereses y objetivos de cada uno.

Hay muchos lugares desde donde empezar este camino, uno de ellos es por la selección de los alimentos por su calidad.

Otro paso importante es comenzar a evitar el azúcar añadido. Si deseas seguir profundizando, puedes optar por el libro Dile adiós al azúcar.

El viaje comienza allí donde estés y tan solo con un paso.

¡Bienvenido al camino de una vida mejor!

Pablo de la Iglesia

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¿Qué es el azúcar añadido?

¿Qué es el azúcar añadido?

Saber que es el azúcar añadido nos ayudará a evitarlo, al menos a ser consciente de él y reducir su nocivo consumo.

El azúcar en nuestros alimentos puede ser natural o añadido; la diferencia es simple pero veamos bien de que se trata para que no queden dudas.

El azúcar natural se presenta en la fruta en forma de fructosa y glucosa o en la leche en forma de lactosa; no están solos, sino que vienen integrados al alimento junto con fibras, enzimas y todos los macro y micronutrientes presentes en el alimento.

El azúcar añadido son los azúcares simples y los jarabes que se agregan durante la preparación artesanal o industrial, así como los que se agregan en el momento de consumirlos.

Golosinas, panificados, galletitas, refrescos y zumos industrializados, postres, helados, yogures… son los alimentos donde abunda el azúcar agregado con el agravante, que en general viene acompañado de otros carbohidratos densos provenientes de harinas refinadas.

Un dato importante: nuestro organismo NO necesita azúcar añadido para funcionar correctamente. El azúcar añadido aporta únicamente calorías vacías que generan desequilibrios como aumento de peso, alteraciones lipídicas, trastornos glucémicos, parasitosis, candidiasis y predisposición a las adicciones.

¿Revisar las etiquetas? ¡Mejor alimentos reales sin etiquetas!

Sin un etiquetado claro en la información nutricional, la referencia a los azúcares considerará tanto el azúcar natural como el añadido como gramos totales de azúcar. ¡Y ojo! Un alimento que no lleve azúcar añadido no necesariamente es más saludable, puede ser más rico en carbohidratos provenientes de harinas refinadas y endulzados artificialmente. Menos azúcar añadido no quiere decir más sano, incluso puede ser peor; pero es uno de los puntos de referencia que debemos comprender para hacer mejores elecciones alimentarias.

Un gramo contiene cuatro calorías, por lo que, si un producto tiene 15 gramos de azúcar por ración, son 60 calorías solo en términos de azúcar, sin contar los demás ingredientes.

Para saber si un alimento procesado contiene azúcares añadidos, debe consultar la lista de ingredientes. El azúcar tiene muchos nombres distintos. Además de los que terminan en “-osa”, como maltosa o sacarosa, entre otros nombres de azúcar se incluyen jarabe de maíz con alto contenido en fructosa, melazas, azúcar de caña, edulcorante de maíz, azúcar moreno natural, jarabe, miel o jugo de fruta concentrado.

A veces no es necesario saber que es el azúcar añadido o cuanto contiene, simplemente tenemos que hacer foco en limitar el consumo de alimentos con grandes cantidades de azúcares añadidos, como las bebidas azucaradas. Solamente una lata de refresco normal de 30 cl (12 oz) contiene ocho cucharaditas de azúcar, 130 calorías, nada de valor nutricional y un montón de sustancias tóxicas que queremos evitar. 

Si optamos por alimentos reales, -frescos, vivos e integrales, como frutas y verduras frescas, granos, legumbres, semillas, carnes, huevos… alimentos sin procesar, ni siquiera tenemos que estar pensando que es el azúcar añadido. Tema resuelto.

Ahora que sabes que es el azúcar añadido…

La American Heart Association (AHA) recomienda limitar la cantidad de azúcares añadidos a no más de la mitad de las calorías dispensables diariamente. ¡Y esto sigue siendo mucho, si me permites la opinión!

En términos prácticos, para la mayoría de las mujeres no son más de 100 calorías al día, o unas 6 cucharaditas de azúcar en total.

Para los hombres, son 150 calorías al día o alrededor de 9 cucharaditas.

Estas recomendaciones contemplan todos los azúcares añadidos, sin separar ningún tipo concreto: jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, sacarosa, miel, jugos concentrados…

… bueno, sin duda hay que reducir el azúcar añadido, pero, además, lo poco que consumamos debe ser preferentemente de sus mejores fuentes, como miel o azúcar integral.

Ampliamos en los siguientes vídeos; también en Azúcar añadido: ¿Cuántas vidas pueden salvarse si lo eliminamos?

Ver en YouTube: https://youtu.be/f-4Rcv6MuMs
Ver en YouTube: https://youtu.be/-q2Y0jRSugw

Ahora que sabes que es el azúcar añadido, procura trabajar para reducirlo o eliminarlo; ten presente que el azúcar es una sustancia adictiva y puede resultar difícil, pero cada paso en la dirección correcta es un paso a favor de tu bienestar.

Pablo de la Iglesia

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Azúcar añadido: eliminarlo para salvar vidas

Azúcar añadido

Todavía hay sectores vinculados a la medicina que defienden el uso de azúcar añadido, en especial en los niños.

Con miles de reportajes financiados por la industria y avalados por reconocidos médicos, se legitima la idea que los niños o los deportistas, al requerir más combustible o energía, necesitan reponer azúcar.

Esta es una verdad a medias y distorsiva, cuyo propósito es poner en la misma bolsa los carbohidratos complejos, las frutas y los granos integrales, con el azúcar refinado o, incluso, las harinas refinadas.

La manipulación, que ha dado sus frutos económicos a costa de la salud, consiste en asimilar el valor de la glucosa como combustible, con el del azúcar añadido; el omnipresente azúcar de mesa común o sacarosa, así como las harinas refinadas no tienen nada que aportarle a nuestra calidad de vida.

Sin embargo, cada vez son más personas informadas que están dejando las fuentes de energía de mala calidad, como el azúcar y las harinas refinadas y optando por frutas, vegetales y granos integrales como fuente de suministro de la glucosa, que es el combustible que utiliza nuestro cuerpo con más facilidad.

La trampa de los ultraprocesados

No es ningún secreto que comer o beber alimentos procesados con demasiada azúcar añadido es una elección poco saludable, sin embargo todavía hay gente que cree que el azúcar es un elemento esencial en la dieta. En especial, insisto, algunos padres que remarcan su importancia para que sus hijos tengan buenos niveles de energía.

Esto, definitivamente no es así y digámoslo claro: en el mejor de los casos es conveniente eliminar el azúcar de la dieta o, eventualmente, reducir su consumo a pequeñas cantidades y optando por sus fuentes más fisiológicas como la miel o el azúcar integral.

Los alimentos y bebidas cargados de azúcar añadido, especialmente los refrescos o gaseosas, se han relacionado con algunas de las enfermedades que más muertes causan en el mundo, tales como obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas o cáncer. Estas son algunas de las enfermedades potencialmente mortales que pueden atribuirse en gran medida al azúcar.

Consecuencias del azúcar añadido

Observemos estos datos para la población de EE. UU.:

→ Más de dos de cada cinco adultos estadounidenses son obesos.

→ El 10,5% de la población es diabética.

El 34,5% de los adultos tienen prediabetes.

→ Casi la mitad ya padece una enfermedad cardiovascular.

Y esto sin contar el daño que nos hace padecer candidiasis, parasitosis, inflamación crónica de bajo grado, falta de energía y un largo etc.

Los pequeños cambios cuentan y suman

Todas estas condiciones pueden prevenirse en gran medida si optamos por un estilo de vida saludable en el que se enfatice la eliminación del azúcar añadido para obtener el combustible de sus fuentes naturales sin procesar.

Del mismo modo, una vez que se padecen estas enfermedades, todas pueden mejorar o mitigarse con más eficacia si adherimos a un estilo de vida saludable libre de azúcar añadido.

Menos azúcar añadido, más vida

El equipo de investigadores creó un modelo de vanguardia que simuló y cuantificó el impacto que puede tener la reducción de la ingesta de azúcar en la salud y la economía.

Su modelo mostró inequívocamente que si todos elimináramos simplemente el 40% del azúcar de los refrescos que bebemos y un 20% de otros alimentos procesados, en nuestro ciclo vital se podría prevenir solamente en Estados Unidos:

750.000 casos de diabetes.

2,48 millones de eventos de enfermedades cardiovasculares, incluidos accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y paros cardíacos.

490.000 muertes cardiovasculares.

Beneficios económicos

En relación a la economía, los investigadores estimaron que en solo 10 años de consumir menos azúcar, puede esperarse un ahorro de más de 4.000 millones de dólares en costos de atención médica y de  más de 118.000 millones a lo largo de nuestras vidas.

Un dato de interés es que educar a la población para reducir el consumo de azúcar puede ayudar a reducir  disparidades,  ya que los mayores beneficios se estiman entre los adultos negros e hispanos, y los estadounidenses con ingresos más bajos y menos educación; estas son las poblaciones que consumen más azúcar, la cual daña aún más su salud y su economía.

¿Cómo reducir el consumo de azúcar?

Para quien lleva una alimentación saludable basada en alimentos reales y comida hecha en casa, es tan simple como tener un control del azúcar añadido en todas nuestras comidas, procurando reducirlo y optando por sus mejores fuentes.

También podemos eliminarlo completamente, en especial si tenemos problemas de peso, diabetes, cáncer o trastornos cardiovasculares.

Quienes todavía llevan una alimentación basada en reclamos comerciales y abundante en ultraprocesados, deberían ser los más interesados en cambiar su alimentación hacia un enfoque natural y fisiológico.

Estrategia básica

Como estrategia de mínima, y fundamentalmente por contemplación hacia los intereses de la industria alimentaria, los investigadores recomiendan:

Evitar los refrescos: únicamente con esto ya se reduciría un 40% del consumo de azúcar añadido. Si realmente nos preocupa nuestra salud, idealmente los cambiaremos por agua, jugos vegetales o infusiones, en lugar de refrescos de dieta o bebidas industrializadas.

Optar por la comida casera: los alimentos procesados llevan altos niveles de azúcar, sal, harinas refinadas glutamato, colorantes, conservantes y otros aditivos que no aportan nada y suelen dañar la salud.

Leer las etiquetas: idealmente deberíamos reducir o eliminar el consumo de alimentos con etiquetas y optar por alimentos integrales; eventualmente compraremos algunos alimentos envasados con uno o muy pocos ingredientes, pero es importante leer la etiqueta aún en estos casos porque suelen tener azúcar añadido como conservante o saborizante.

Adquirir nuevos hábitos: podemos optar por endulzar con hojas o infusión de estevia; las frutas o los dátiles pueden funcionar muy bien para este propósito.

Un paso a la vez

Si aún no hemos comenzado nuestra transición hacia un estilo de vida saludable, estos pasos simples pueden resultar abrumadores. Lo importante es comenzar a andar desde donde estamos y dar un paso a la vez; algunos lo harán más lentamente y otros más rápidamente, siempre se trata de ir en la dirección adecuada y no detenerse.

Puedes ver un resumen del contenido en vídeo: https://bit.ly/3BI3y0s

Amplía la información con la lectura de ¿Qué es el azúcar añadido?

Y para ir un paso más allá, también puedes leer En busca de los carbohidratos saludables.

Pablo de la Iglesia

Bibliografía

Informe Nacional de Estadísticas de la Diabetes (2020). Centro para el control y la prevención de las enfermedades.
Reducing sugar in packaged foods can prevent disease in millions (2021). Eureka Alert.
Schmedthorst, Adria. Shocking number of lives could be saved by giving up this one thing. Easy Healthy Options.

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En busca de los carbohidratos saludables

En busca de los carbohidratos saludables

¿Todos los carbohidratos en la misma bolsa?


¿Carbohidratos saludables?, se preguntarán algunos; más en estos tiempos en que las grasas se vienen recuperando de su largo desprestigio.

Amados y odiados tantas veces, como si se tratara de su cualidad intrínseca y no de su equilibrio y presentación.

¿De que va eso de la dieta ancestral?

Veamos. Todo los investigadores y ponentes en el campo de la salud coinciden que el ser humano evolucionó con una dieta ancestral basada en alimentos reales. ¡Hasta ahí estamos de acuerdo sin problema!

Ni siquiera a las corporaciones de la comida ultraprocesada se les ocurriría financiar un estudio para probar hasta que medida la evolución depende del consumo de refrescos, golosinas o jugos concentrados. Pero en la era de la posverdad, todo puede ser posible. ¿O no?

Ahora cuando se trata de definir la ecuación de la dieta ancestral, cada uno pretende con convicción que su definición de la misma es la apropiada.

Bueno, a mí me parece que definir la dieta ancestral en un protocolo basado en alimentos actuales, que aunque sean reales, son muy diferentes a aquellos, es un poco pretensioso, absurdo, soberbio y hasta fanático.

¿Qué frutas? Las de antes o las de ahora mucho más dulces. ¿Qué carnes? Las de antes mucho más proteicas o las de ahora más grasas. ¿Con cereales y legumbres o sin ellos?

Realmente, lo único que podemos afirmar casi con certeza universal es que antes la alimentación era más frugal la generalidad de los días y, como dicen en España, había que “currársela”.

¡No hay manera de comparar! Por supuesto, mucho que aprender de la antropología nutricional pero mucho más aún, de la observación de nuestras necesidades para el ajuste fino.

Los carbohidratos en la actualidad

Si diría, también, que la omnipresencia de carbohidratos de alta densidad es un fenómeno reciente y está muy por encima de lo que comíamos hasta hace menos de dos siglos, tiempo en el que imperaban otros de más baja densidad como hojas, tubérculos, verduras, frutas o granos, según el escenario geográfico. ¡Y aquí nos vamos acercando a otra pieza de este rompecabezas!

Un punto importante es comprender que esa maniática obsesión por encontrar la dieta perfecta es un fenómeno reciente. En primer lugar, porque antes se comía lo que había. En segundo lugar, por que lo que había variaba muchísimo según la geografía. Y en tercer lugar, porque a muchos pueblos ancestrales les fue muy bien con dietas diversas. No como ahora que parece que fracasan todas.

Un ejemplo podrían ser los kitavanos, habitantes de las islas del pacífico occidental que llevaban una dieta altísima en carbohidratos; su alimentación se basaba en tubérculos (ñame, boniato, malanga, yuca), fruta (plátano, papaya, piña, mango, guayaba, sandía, calabaza), verduras, pescado y coco.

¿Imaginas que eran todos gordos porque comían tantos carbohidratos? ¿O diabéticos? ¡En absoluto! Entre ellos no había prácticamente ninguna de las manifestaciones de malnutrición que hay en la actualidad.

¿Y porqué? ¡Porqué todos eran carbohidratos saludables provenientes de alimentos reales!

¿Estamos? carbohidratos saludables + alimentos reales.

¿Entonces las grasas son las bandidas?

En nuestra frenética búsqueda de enunciar postulados reduccionistas, en las antípodas de los kitavanos, deberíamos encontrar que los esquimales si estarían todos gordos y enfermos cuando mantenían su dieta ancestral altísima en grasas. ¡Tampoco!

Incluso la dieta esquimal era más limitada en variedad y sin embargo medraron muy bien hasta que llegó la civilización, los alimentos ultraprocesados y las grasas industrializadas.

¿Y porqué les fue bien como a los kitavanos? Porqué todas las grasas eran saludables y provenían de alimentos reales.

¿Y ahora estamos? Grasas naturales + alimentos reales.

¿Y cuál es el secreto?

¿Entonces? Bueno, podríamos escribir un libro tratando de evaluar la respuesta de las hormonas, las enzimas, los eicosanoides…

¡Pero el primer capítulo tendría 1500 páginas y con todo lo que vamos aprendiendo por el camino habría que reescribirlo antes de terminar! Prefiero señalar un dato obvio: las dietas ancestrales basadas en comida real y local, funcionaban muy bien.

Las dietas actuales que incorporan cada vez más alimentos ultraprocesados, funcionan muy mal.

Luego podemos sintonizar más fino en función de los gustos y necesidades de cada uno, pero hay una dirección que conviene seguir y otra que conviene evitar:

⇒ Sigue la dirección de los alimentos reales.

⇐ Evita la trampa de los alimentos ultraprocesados.

Para ponerlo bien claro: no esperes que una dieta funcione si no está basada en alimentos reales.

Resuelto este punto, después verás si te conviene con más o menos carbohidratos. Pero, si no resuelves primero esto, no pierdas tu tiempo.

Presentaciones de los carbohidratos

Volvamos a los controvertidos carbohidratos.

Más allá de la cantidad de carbohidratos, lo que marca la diferencia mayor es el tipo de carbohidratos. Aquí debemos hacer una distinción que no siempre es tenida en cuenta:

Carbohidratos celulares: se trata del tipo aportado por alimentos que contienen células vegetales enteras con paredes fibrosas; su presencia se da dentro de estas células y siempre por debajo del 23% de su composición. Estos carbohidratos se encuentran en los tubérculos, hojas, tallos y frutas. ¡Tenlo en cuenta cuando alguien quiera encajarle todos los goles en contra a las patatas y los boniatos!

Carbohidratos acelulares: no contienen células enteras; esto se debe a que desde el vamos no las tienen o porque el procesado y refinado las destruye. Son los cereales, las harinas, el azúcar, que constituyen la base de la alimentación actual…; por supuesto, cuanto más mano les mete la industria más se deterioran y más desequilibrios generan en el metabolismo.  En estos alimentos la densidad de carbohidratos puede llegar hasta el 75%. ¡Es mucho si no comemos poco! En el caso de los granos integrales, por supuesto; azúcar y harinas, afuera desde el vamos.

Si se trata de identificar carbohidratos saludables, no todo pasa por el índice glucémico, sino también de su estructura que afectará al resultado de su metabolismo final.

Entonces, cuando hablamos de controlar los carbohidratos, hay que poner el freno más en unos que en otros. ¡Mastica esto para tenerlo claro! Experimenta lo que ocurre y afina en consecuencia.

La cuestión es que si tenemos un exceso de carbohidratos en el intestino, y con pronóstico empeorando a medida que aumentan los acelulares, se altera la microbiota, se estimula el fenómeno inflamatorio y a partir de allí tenemos una cascada de desajustes metabólicos que sacan de punto a todo el sistema.

Este fenómeno inflamatorio se extiende por el organismo, afecta la respuesta inmune y van generando una alteración creciente del hipotálamo y el nervio vago -receptores del efecto regulador de la leptina-, generando su resistencia, el sobrepeso, la obesidad y el síndrome metabólico. Es como comer sin frenos: tarde o temprano nos estrellaremos contra una enfermedad.


El rol del nervio vago en la sensación de saciedad


La saciedad se alcanza cuando nuestro cerebro, específicamente el hipotálamo, recibe señales precisas que viajan a través del nervio vago. Luego de comer, las neuronas vagales envían información al cerebro que le indican cuanta grasa ha llegado al hígado, en especial triglicéridos y ácido linoleico; cuando es suficiente, se produce una sensación de saciedad y el deseo de dejar de comer.

Esta es la razón por la que algunas dietas bajas en carbohidratos y altas en grasas funcionan muy bien. Sin embargo, esto no quiere decir que un exceso de cualquier grasa sea saludable; todas las grasas naturales son fisiológicas, sin embargo un exceso de grasas saturadas, también tendrán efectos proinflamatorios. Frutos secos en pequeñas cantidades, aceite de oliva virgen extra, aguacate, aceite de coco virgen extra, lino, chía, pescado de mar… siguen siendo algunas de las mejores opciones para incorporar a las comidas, favorecer el metabolismo de la leptina, mejorar el funcionamiento del nervio vago, obtener una sensación de saciedad más eficiente y ponernos en camino para bajar de peso de forma definitiva y con salud.


Orientación a favor de los carbohidratos saludables

¡No, ni se te ocurra enojarte con los carbohidratos! Cumplen funciones valiosas, el problema hemos sido nosotros que hemos roto todas las proporciones geométricas de las leyes de la naturaleza.

Y por favor, olvídate de sacar conclusiones definitivas; cuanto más aprendemos, más sabemos lo poco que sabemos. ¡Y yo primero en la lista!

Pero hay una ecuación que no me falla:

Frugalidad, integralidad con prevalencia de carbohidratos celulares, buena masticación y todo tenderá a mejorar.

Luego, en función de tu enfoque, céntrate en los carbohidratos saludables, que normalmente definimos como “integrales”, y dentro de este grupo, establece una prioridad por aquellos que son celulares y te brindan mayor confort digestivo cuando los consumes.

Y por supuesto, no te pases. Controla el índice glucémico, reduciendo aquellos que lo tienen muy elevado y optando aquellos con niveles más bajos; también mantén un seguimiento de la carga glucémica total de todo lo que consumes.

Experimenta y ve perfeccionando tu mejor ecuación.

Pablo de la Iglesia

Bibliografía 
Dietas Ancestrales. Kitavanos, sanos comiendo hidratos y grasas saturadas. Directo al Paladar.
Thomas, Lili MD. Historia de la dieta Paleo. News Medical Life Sciences.
Soro, Javier. La batalla de los carbohidratos. 

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REJUVELAC, el agua de la vida

Rejuvelac, el agua de la vida

¡Si tomaras sólo una medida en favor de tu salud, bien podría ser la incorporación de algo tan sencillo como el REJUVELAC y obtener grandes beneficios a favor de tu vitalidad!

El Rejuvelac, también conocido como agua enzimática, es una bebida con grandes propiedades terapéuticas cuyo nombre ya hace alusión a sus propiedades rejuvenecedoras; se trata de un elixir que es fruto de la fermentación del trigo, u otras semillas, cuya virtud destacada es la presencia de microorganismos probióticos amigos de nuestro bienestar.

La presencia de enzimas, probióticos y bacterias benéficas para tener un colon saludable, lo vuelve uno de los recursos preferidos de los naturópatas para mejorar la salud en general y preparar el terreno para una mejor asimilación de los complementos nutritivos que puedan recomendar en sus tratamientos en el caso de los terapeutas.

De interés: Enzimas para mantener la chispa encendida

También aporta ácido láctico, vitaminas del complejo B, E y K, las cuales contribuyen a mantener la salud del sistema nervioso, la inmunidad natural, los equilibrios hormonales o controlar los radicales libres.

El Rejuvelac tiene propiedades medicinales por sí mismo, entre las que destacan:

  • Depurativo.
  • Alcalinizante.
  • Desodorante natural
  • Regulador intestinal
  • Inmunoestimulante

Preparación del REJUVELAC

La obtención del Rejuvelac es sumamente sencilla y aún en un ambiente de carencias extremas puede obtenerse este recurso natural con extraordinarias propiedades inmunizantes para todos. Hay varias formas de fabricarlo a partir de alfalfa, trigo, cebada u otros cereales; incluso con porotos se preparan bebidas igualmente saludables.

Entre los granos que puedes utilizar citamos lentejas, sésamo (o ajonjolí), garbanzo, chía, lino, centeno, trigo, arroz o avena; hay quienes afirman que han notado mejores resultados con los granos de quinoa, más yo te invitaría a que experimentes, pruebes diferentes versiones y vayas haciendo tu propio camino.

Receta A

Ingredientes:

  • Una taza de trigo o de otro grano sano y limpio.
  • Dos tazas de agua no clorada.

Preparación:

Colocar los granos, limpios y previamente enjuagados, en un recipiente de cristal (preferentemente esterilizado previamente) y cubierto con un paño; macerar durante veinticuatro horas en invierno y dieciséis en verano.

Al cabo, separamos el agua del trigo (o el cereal elegido) y el líquido resultante es nuestra codiciada maravilla; el grano utilizado sirve para repetir el procedimiento varias veces (tres tandas normalmente); luego se puede usar para comer, germinar o destinar a las aves.

Dejamos el agua en un lugar cálido para que siga fermentando dos o tres días, al cabo la llevaremos al frigorífico para ir bebiendo a razón de al menos medio vaso diario; igualmente su consumo no tiene contraindicaciones y puede ser bebido libremente tal como está o acompañando jugos o licuados.

Receta B

Los ingredientes son los mismos que para la anterior receta.

Se muele el cereal y se remoja de dieciséis a veinticuatro horas, dependiendo si es verano o invierno. Al cabo de las mismas se cuela y el líquido se deja fermentar de uno a tres días, removiéndolo de vez en cuando.

Finalmente se lleva al frigorífico y se bebe tal como se indicó anteriormente.

Estas son dos variantes muy sencillas de una alternativa que la creatividad y la práctica han ofrecido muchas variantes de las que procuraremos hablar en otros artículos; en ambos casos, ten en cuenta que la temperatura ambiente afecta al proceso de fermentación: si es un ambiente muy caluroso, fermentará más rápido; en caso contrario, la preparación llevará más tiempo.

¿Cómo consumir el REJUVELAC?

Normalmente se recomienda en ayunas, momento en el cual sus propiedades se aprovechan mejor. Sin embargo podemos beberlo en cualquier momento del día para hidratarnos, refrescarnos y disfrutar de una bebida saludable.

Podemos agregarle un poco de zumo de limón para darle sabor y agregarle valor terapéutico; también utilizarlo en zumos, batidos, sopas, salsas, etc; simplemente ten en cuenta que para aprovechar todas sus propiedades no puedes calentarlo más allá de los 40/45º para no afectar la fuerza de las enzimas y la vitalidad de los microorganismos que aporta.

Un clásico es la sopa energética de Ann Wigmore, pionera en la difusión de esta bebida enzimática. Se trata de una sopa viva con diferentes vegetales y Rejuvelac; simplemente hay que procesar el Rejuvelac con algas, germinados, hojas verdes y manzana junto con agua a la temperatura deseada buscando la medida de gusto personal.

También podemos preparar quesos de semillas, como el siguiente requesón dulce de anacardos:

Ingredientes (2 porciones):

  • 100 g de anacardos o castañas de Cajú activados con un remojo previo de 8-12 h.
  • media taza de Rejuvelac.
  • ¼ de taza de aceite de coco en estado líquido.
  • 1 cucharada de zumo de limón.
  • 1 o 2 cucharadas de levadura nutricional.
  • 1 cucharada de miel (opcional; puede ser estevia líquida o nada).

Procesamos los anacardos con el Rejuvelac hasta obtener una crema suave y homogénea; la colocamos en un frasco de vidrio que cubriremos con un paño de algodón y colocaremos en un lugar oscuro, fresco y seco para que vaya fermentando.

Transcurridas 48 horas, tendremos un requesón esponjoso con algunas burbujas de aire por el fermentado; agregamos el aceite de coco, el zumo de limón y la levadura y procesamos o batimos de nuevo hasta mezclar homogéneamente. Con la ayuda de un molde damos forma de porciones a nuestro gusto, llevamos un rato al frigorífico y presentamos solo, con frutas, especias, etc.

¡Buen provecho!

Pablo de la Iglesia

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Enzimas, la chispa de la vida

Enzimas, la chispa de la vida

Las enzimas son como la chispa que enciende el motor, una especie de ‘soplo divino’ nutritivo.

Se trata de moléculas proteicas portadoras de un factor energético que contribuyen a la digestión, a la transformación de los alimentos en nutrientes básicos, a reparar los tejidos, la absorción de oxígeno, la producción de energía, la eliminación de toxinas, la regulación hormonal y una multitud de procesos fisiológicos para los cuales son esenciales y sin su intervención la vida no sería posible.

Actualmente hay alrededor de tres mil enzimas identificadas pero los especialistas especulan que pueden ser más de cincuenta mil. Realmente al tomar consciencia de cosas como esta, me llama poderosamente la atención como muchos profesionales e investigadores en el campo de la salud hablan de los hechos conocidos como si se acercaran a un escenario definitivo, ¡cuando en realidad está todo por descubrirse!

Como proteger las enzimas

Siempre insisto, la prudencia y una selección lo más natural posible de los alimentos, son nuestros mejores consejeros. Lo que si sabemos en este punto es que las enzimas son sensibles al calor y cuando la cocción se eleva por encima de los 42ºC, empiezan a perder su funcionalidad.

Razón por la cual, desde las diferentes escuelas de la medicina natural, insistimos en la importancia de asegurarnos una buena carga de frutas y verduras crudas, semillas germinadas o activadas y alimentos naturalmente fermentados.

En el caso de las frutas y verduras, hay un amplio consenso que -por lo menos-, los alimentos crudos deben constituir el 50% de nuestra ingesta total.

Esto no es tan complicado de conseguir si comenzamos el día desayunando frutas y -de acuerdo a la norma higienista no la mezclamos con otro alimento- esperamos al menos media hora para consumir otra cosa.

Luego, en el almuerzo y la cena incorporamos una buena ración de ensalada que represente una generosa porción del global.

Finalmente en las meriendas y tentempiés incorporamos frutos secos previamente activados o alguna bebida vegetal elaborada con ellos -leche de almendras, sésamo, nueces…-.

Alimentos enzimáticos por excelencia

Si queremos incorporar un plus de enzimas, podemos enfatizar en algunos alimentos especialmente ricos en ellas:

Papaya
Piña
Espárragos
Manzana
Kefir
Mango
Natto
Aguacate
Ajo
Jengibre
Germinados caseros
Rejuvelac

Estos alimentos nos brindan diferentes tipos de enzimas, las cuales cumplen funciones digestivas, detox, inmunoestimulantes… De esta forma, cubrimos una amplia gama de necesidades.

Luego, en el mercado, también encontrarás complementos nutricionales; simplemente recuerda que son eso: complementos que aportan su potencial después de una buena alimentación.

Realmente hasta el más acérrimo consumidor de la dieta típica occidental, sentirá satisfacción si sigue este patrón y, como mínimo, incorporará más alimentos saludables y comida de verdad restando protagonismo a otras opciones refinadas e industrializadas que tienen muchos aditivos como colorantes, conservantes o edulcorantes y pocas vitaminas, minerales y enzimas que tanto bien nos hacen.

Pablo de la Iglesia