
Normalmente se asocia su consumo a beneficios cardiovasculares, antiinflamatorios o inmunoestimulantes, pero no es tan conocido el valor del ajo contra el estrés.
Así lo expresa el investigador japonés radicado en Estados Unidos, Dr. Benjamín Lau,en su libro “Ajo para la Salud”:
“En un estudio hecho por investigadores médicos en el Sakitama Hospital (Japón), comprendía dos grupos de pacientes hospitalizados. El primer grupo de 20 pacientes tomaron cuatro cápsulas de un extracto de ajo añejado (Kyolic) al día durante cincuenta días; los del grupo testigo tomaron un placebo durante el mismo periodo.
Al final del periodo de ensayo, el grupo del extracto añejado presentó una más rápida recuperación del agotamiento y menos quejas por fatiga después del trabajo manual.
Es interesante observar que los mayores de cincuenta años de edad se beneficiaron más de su ingesta en términos de resistencia a la fatiga, posiblemente porque los pacientes jóvenes poseían mayor reserva de energía.”
Antioxidante y antiinflamatorio
No debería extrañarnos esta propiedad del ajo contra el estrés, ya que este “medicalimento” tiene más de cuatrocientos compuestos químicos, entre los que destacan numerosos antioxidantes y antiinflamatorios; hoy sabemos que el control del proceso oxidativo e inflamatorio está asociado a una mejor respuesta del sistema nervioso y su mantenimiento eficiente a largo plazo.
Regulador de la serotonina
Por otra parte, hay estudios que han observado otro potencial mecanismo del ajo contra el estrés, ya que su consumo ayuda a regular la secreción de serotonina en el cerebro.
La serotonina es un neurotransmisor que ayuda a mejorar el estado de ánimo; cuando sus niveles son adecuados, nuestro sistema nervioso responde con sensaciones de placer, bienestar emocional y saciedad; cuando se halla en un nivel alto actúa como un tranquilizante, ayuda a dormir mejor, reduce la ansiedad, apacigua el hambre y alivia la depresión.
Por el contrario, cuando padecemos estrés, los niveles de serotonina se reducen; en este sentido, por supuesto, es mucho más lo que podemos hacer además de consumir ajo contra el estrés y podemos recurrir a plantas medicinales como valeriana, pasionaria o tila, nutrientes como el triptófano o melatonina, meditación, yoga, respiración, etc.
¡Sumar auspicios para la salud! Siempre sumar auspicios y procurar evitar las contradicciones como los alimentos procesados, el exceso de exposición a las radiaciones electromagnéticas, los noticieros catastróficos, las relaciones tóxicas, etc. Cuidemos nuestra salud de manera integrativa.
¿Cómo aprovechar el ajo?
Este estudio se realizó con una forma de ajo comercial, especialmente añejado durante largo tiempo cuyo nombre comercial es Kyolic; sin embargo, no debemos desalentarnos si el mismo no está disponible en nuestro país, pues seguramente el uso de otras presentaciones y formas de administración nos traerán una aproximación a sus beneficios.
Si bien doy fe de los buenos efectos del Kyolic, y aunque su consumo estuviera a nuestro alcance, personalmente recomiendo incorporar otras formas de consumo, tales como el ajo fresco, cocido, macerado en vinagre o un buen aceite, ajo negro, etc. ¡El ajo contra el estrés sigue siendo el protagonista!
Por supuesto, las indicaciones generales son similares, sin embargo cada una de ellas aporta matices que contribuyen a mejorar nuestra salud. Recuerda lo siguiente: consistencia y flexibilidad.
La consistencia implica que, por ejemplo, si realizas un programa para reducir el estrés, puedes valerte de ajo, otras plantas medicinales y los aceites Omega 3 en un programa que los aporte sistemáticamente a largo plazo.
La flexibilidad te permite utilizar durante unos días el ajo fresco y luego lo puedes alternar con ajo negro o un suplemento como el Kyolic o similar; con las plantas puedes recurrir unos días a la valeriana y alternar con pasionaria, tila u otras; con los Omega 3 puedes recurrir a los de origen marino cuando necesitas más potencia y luego enfatizar con chía, lino o nueces.
¿Comprendes el concepto de consistencia y flexibilidad? Esto, si lo acompañas con un conocimiento creciente, te ayudará a comprender la respuesta precisa de tu organismo a cada estímulo.
La medicina natural es una disciplina cuyas bases se fundamentan en la ciencia, sin embargo, más allá de ello, y ante las limitaciones de nuestros conocimientos actuales, se completa como un arte en donde la sabiduría y la experiencia juegan un rol muy importante.
Si te gustan estos temas, te cuidas y deseas compartir estos conocimientos como un estilo de vida, te propongo que conozcas nuestro Diplomado en Coaching de Vida Saludable.