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La buena circulación sanguínea es esencial para promover la longevidad y mantener un cuerpo saludable a lo largo de los años; el sistema circulatorio es responsable de suministrar oxígeno y nutrientes a todas las células del cuerpo, al tiempo que elimina los desechos y toxinas.
A continuación, exploramos la importancia de la circulación sanguínea y cómo estimularla para mejorar la calidad de vida y aumentar la longevidad.
¿Por qué es importante la buena circulación para promover la longevidad?
Una circulación sanguínea eficiente es fundamental para la salud en general. Cuando la sangre fluye sin obstáculos, el cuerpo puede funcionar de manera óptima; en cambio, una circulación sanguínea deficiente puede llevar a problemas como hipertensión, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y deterioro de los órganos. Mantener una buena circulación promueve la salud cardiovascular, mejora la función cerebral y fortalece el sistema inmunológico, todo lo cual contribuye a una vida más larga y activa.
Actividad física para impulsar la circulación sanguínea
El ejercicio regular es una de las formas más efectivas de estimular la circulación sanguínea; el movimiento activo ayuda a dilatar los vasos sanguíneos, mejorando el flujo de sangre y oxígeno a los tejidos.
Ejercicios aeróbicos como caminar, nadar, andar en bicicleta y bailar son excelentes opciones; también se recomiendan ejercicios de resistencia para fortalecer el corazón y los músculos, lo que contribuye a una circulación saludable.
Alimentación saludable para una buena circulación
Una dieta equilibrada y rica en nutrientes es esencial para mantener una buena circulación. Alimentos como frutas, verduras, granos enteros, pescado y nueces contienen antioxidantes y ácidos grasos omega-3 que favorecen la salud cardiovascular.
Aunque no es necesario eliminarlas completamente, mantener un consumo reducido de grasas saturadas ayuda a prevenir la acumulación de placa en las arterias, lo que puede obstruir el flujo sanguíneo.
Las harinas refinadas, el azúcar blanco, los alimentos ultraprocesados y los aceites refinados, son la peste para la salud en general y para la circulación en particular; es importante evitarlos por completo, basando la alimentación en vegetales frescos en el eje de nuestras elecciones, acompañando con frutas, semillas, granos integrales y legumbres, y, opcionalmente según las elecciones personales, huevos, lácteos fermentados o carnes de pastoreo de forma moderada.
La importancia de una correcta hidratación
Mantenerse bien hidratado es crucial para una circulación sanguínea saludable; la sangre está compuesta en su mayoría por agua, y la deshidratación puede hacer que sea más espesa y dificultar su flujo. Beber suficiente agua durante el día mantiene la sangre en un estado óptimo y ayuda a prevenir la formación de coágulos.
La cantidad recomendada de agua que se debe beber por día puede variar según diversos factores, como la edad, el sexo, el nivel de actividad física, el clima y la salud individual. Habitualmente hemos escuchado que se recomienda beber alrededor de 8 vasos de agua al día, lo que equivale a unos 2 litros; aunque esto puede ser un punto de partida general, puede ser insuficiente para muchas personas.
Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina (EE. UU.) recomiendan una cantidad mayor y consideran que ingesta diaria adecuada de líquidos es la siguiente:
- Aproximadamente 15,5 vasos (3,7 litros) de líquidos al día para los hombres.
- Aproximadamente 11,5 vasos (2,7 litros) de líquidos al día para las mujeres
Obviamente, tampoco es un dato preciso para todos, solo es una indicación genérica y orientativa; no es lo mismo para un deportista que para alguien sedentario, en verano o en invierno, para una mujer embarazada o para otra que no lo está.
El peso también influye, cuanto mayor sea este, más necesidades de líquido; por eso suele dividirse por siete nuestro peso en kilos para obtener una orientación; por ejemplo, para una persona de 70kg, se sugieren 10 vasos de agua. Personalmente este es mi enfoque básico preferido para un dato inicial.
Como sea, es importante escuchar a al cuerpo y prestar atención a las señales de sed; cuando esta llega, no solo es una señal de que nuestro cuerpo necesita hidratación, sino que la deshidratación ya ha empezado a ocurrir.
Tengamos presente que otras bebidas y alimentos también contribuyen a tu ingesta total de líquidos. Frutas y verduras con alto contenido de agua, infusiones de hierbas y caldos también pueden ayudarte a mantenerte hidratado, sin embargo, tengamos siempre presente que la forma más eficiente de hidratarnos es el agua y debe tener un protagonismo excluyente en esta misión.
Gaseosas, jugos industrializados con conservantes, colorantes, edulcorantes artificiales o altamente azucarados, son ingestas tóxicas que demandan mayor cantidad de agua para eliminarlas; no las considero bebidas hidratantes y no deberían consumirse en ningún estilo de vida que se considere saludable.
Una vez cubiertas nuestras necesidades básicas, sugiero ir variando un poco la ingesta de líquidos y observar como nos sentimos; una buena hidratación influye en el funcionamiento de nuestro sistema nervioso, puede aliviar dolores, alergias, síntomas de algunas enfermedades y, por supuesto, mejorar la circulación.
Hiperhidratarse durante algunos días al mes, también nos puede ayudar a impulsar procesos detox y a recibir señales de nuestro organismo para comprender mejor su funcionamiento y necesidades; en una persona saludable con buen funcionamiento renal, dos o tres vasos más de agua se eliminarán con facilidad y el líquido se llevará más toxinas con ella.
Tabaco, el enemigo de la circulación sanguínea
Fumar tabaco es altamente perjudicial para la circulación sanguínea. Los químicos presentes en el humo del cigarro dañan las paredes de los vasos sanguíneos, estrechándolos y reduciendo el flujo sanguíneo; esto aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, hipertensión y otras afecciones circulatorias.
Dejar de fumar es uno de los pasos más importantes para mejorar la circulación y promover la longevidad.
El estrés daña el corazón
El estrés crónico puede tener efectos negativos en la circulación sanguínea y la salud cardiovascular porque desencadena la liberación de hormonas que pueden estrechar los vasos sanguíneos, elevar la presión arterial, aumentar el colesterol y los triglicéridos o alterar el ritmo cardíaco.
Es importante saber reconocer los síntomas comunes del estrés para tomar medidas que nos permitan controlarlos y revertirlos; entre los más comunes encontramos malestar estomacal, problemas de concentración, dificultad para dormir, dolor de cabeza, ansiedad o cambios del estado de ánimo.
Practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga, la respiración profunda o actividad física, nos va a ayudar a mantener una circulación saludable y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Nuestro corazón, como el resto de los tejidos de nuestro organismo, sufre el impacto de un estilo de vida alejado de la salud y esto provoca enfermedades cardíacas que son la principal causa de muerte en el mundo. Tengamos en cuenta que el corazón es el órgano menos regenerativo que tenemos, porque incluso, a diferencia del cerebro, este carece de células madre cuando es adulto; dicho esto, un corazón que padece un infarto o un paro cardíaco, pierde muchas células que no se pueden recuperar, las reemplaza con tejido cicatrizal y este impide el buen funcionamiento del mismo. ¡Por eso es tan importante cuidar el corazón para evitar que se dañe!
Plantas que estimulan el flujo sanguíneo
La naturaleza nos brinda una variedad de recursos valiosos para cuidar de nuestra salud, y entre ellos, se encuentran varias plantas que tienen propiedades estimulantes para el flujo sanguíneo y que pueden contribuir positivamente a la salud cardiovascular; estas plantas han sido utilizadas durante siglos en diversas culturas por sus beneficios en la circulación sanguínea y su potencial para promover una vida más saludable.
A continuación, exploramos algunas de estas plantas naturales y sus propiedades beneficiosas.
Ajo (Allium sativum): El ajo es conocido por sus propiedades vasodilatadoras, lo que significa que puede ayudar a ensanchar los vasos sanguíneos y mejorar el flujo de sangre; los compuestos activos en el ajo, como la alicina, tienen efectos positivos en la salud cardiovascular al reducir la presión arterial y prevenir la formación de coágulos.
Ginkgo Biloba: Las hojas del ginkgo biloba contienen flavonoides y terpenoides que mejoran la circulación sanguínea al dilatar los vasos sanguíneos y reducir la viscosidad de la sangre; esto contribuye a aumentar el flujo de sangre al cerebro y extremidades, beneficiando la función cognitiva y la salud vascular periférica.
Jengibre (Zingiber officinale): El jengibre es conocido por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes; además de estos beneficios, también puede mejorar la circulación sanguínea al dilatar los vasos y mejorar la respuesta del sistema circulatorio.
Cayena (Capsicum annuum): La cayena contiene capsaicina, un compuesto que le da su sabor picante y que también puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea; la capsaicina puede dilatar los vasos sanguíneos y mejorar el flujo sanguíneo, lo que puede ser beneficioso para la salud cardiovascular.
Cúrcuma (Curcuma longa): La curcumina, el compuesto activo de la cúrcuma, tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que pueden beneficiar la circulación sanguínea al mejorar la función endotelial y reducir la formación de placa en las arterias.
Rusco (Ruscus aculeatus): El rusco es una planta conocida por sus propiedades beneficiosas en la estimulación del flujo sanguíneo y la salud vascular. Sus rizomas contienen compuestos, como saponinas y flavonoides, que han demostrado tener efectos positivos en la circulación ayudando a fortalecer las paredes de los vasos sanguíneos, reducir la inflamación y mejorar el tono venoso; esto puede ser especialmente beneficioso para las personas que sufren de problemas de circulación como venas varicosas y piernas cansadas.
Consejos adicionales para estimular la circulación sanguínea saludable
Además de los enfoques mencionados, hay otros consejos que pueden ayudar a estimular la circulación sanguínea y promover la longevidad:
- Elevar las piernas periódicamente para favorecer el retorno venoso.
- Usar medias de compresión para mejorar el flujo sanguíneo en las piernas.
- Evitar estar sentado durante largos períodos y dar pequeños paseos cada hora.
- Mantener un peso saludable para reducir la presión sobre el sistema circulatorio.
- Limitar el consumo de alcohol, ya que el exceso puede afectar negativamente la circulación.
Conclusión
Cuidar la circulación sanguínea es esencial para promover la longevidad y mantener una buena calidad de vida. A través de la actividad física regular, una dieta equilibrada, la hidratación adecuada y la eliminación de hábitos perjudiciales como fumar, es posible mantener un sistema circulatorio saludable; al incorporar hábitos saludables y seguir estos consejos, contribuimos de forma significativa a nuestro bienestar general y a una vida larga y activa.